¿Por qué hacemos lo que hacemos?
No cabe duda de que el mundo atraviesa una transición en donde el consumidor tiene un rol protagónico.
Generación X, Y, Z, cambio climático, la explosión de la tecnología y la era digital. Se dice que en los próximos 5 años el mundo habrá duplicado su conocimiento. Estamos en el medio de algo, de un profundo cambio.
Las nuevas generaciones tienen una conciencia social diferente, ponen en duda el modelo capitalista y desafían con nuevas maneras de pensar y de proyectar el mundo en el que vivimos. Proponen el cuidado del medio ambiente, el respeto por la naturaleza, adhieren al vegetarianismo, al veganismo, fomentan el consumo responsable; estas son todas manifestaciones de una rebelión consciente e inconsciente que tiene un fuerte impacto en el mundo empresario.
Las empresas tienen hoy el gran desafío de entender las demandas del nuevo consumidor y de entender también las demandas del nuevo colaborador/trabajador que no se compromete solo por un salario. Para las nuevas generaciones la compensación total debe incorporar Valores y Cultura que obligan a las empresas a repensar muy bien su PROPÓSITO empresarial.
Las nuevas generaciones están transformándose en un gran jurado, uno crítico y muy exigente. Las redes sociales han democratizado el juego, todo es público y las empresas no son solo juzgadas por las leyes y gobiernos (cada vez más sospechados), son juzgadas por el escrutinio de un público que observa 24 x 365.
Pero dentro de las empresas las cosas tampoco son fáciles, los colaboradores juegan un rol cada vez más determinante y están dispuestos a comprometerse solo con empresas que tengan unos valores y una cultura pro-vida y pro-bienestar general. Aquellas empresas que muestren solo interés por el beneficio económico serán castigadas con la falta de compromiso de sus colaboradores y tendrán un costo cada vez mayor por retener el talento.
Ya no alcanza con tener un buen producto o servicio si la empresa no cuenta con un Propósito mayor, superador y auténtico. Hoy importa que las empresas estén genuinamente comprometidas con las personas, sus comunidades y con el planeta entero.
- Propósito significa: Determinación firme de hacer algo. Intención expresa.
¿Cuál es el Propósito de tu empresa? ¿Cuál es su firme determinación? ¿Cuál es la verdadera intención que hay detrás de sus acciones?
Nos observan desde afuera y, más aún, desde adentro. Nuestros colaboradores son los primeros jueces y su compromiso estará en relación directa con su interpretación de la autenticidad del Propósito.
No será fácil gestionar y alcanzar el objetivo empresario para aquellas empresas sin Propósito o con uno poco firme, sin intención segura.
Si lo será para aquellas que sepan interpretar el entorno y lo que exige el nuevo consumidor, empresas comprometidas con algo mayor, con una causa trascendental como lo es el bien común.
En su libro Decisiones Estratégicas, el autor Marcel Planellas relata que Simon Sinek publicó, en el año 2009, Start With Why donde presenta y desarrolla la noción de Círculo de oro: “Muchas organizaciones deciden y comunican de fuera hacia adentro, del QUÉ al PORQUÉ. Dicen QUÉ hacen, algunas veces CÓMO lo hacen, pero muy pocas veces POR QUÉ hacen lo que hacen. Según Sinek, el orden correcto es comenzar por el PORQUÉ. Las personas no compran lo que hacemos, compran POR QUÉ lo hacemos.” [1]
Cabe aquí preguntarnos y meditar profundamente: ¿POR QUÉ hacemos lo que hacemos en nuestra empresa?
En el libro Purpose-driven Organizations: de la teoría a la práctica, dirigido por Carlos Rey [2], se proponen tres propiedades básicas para la definición y desarrollo del propósito corporativo:
- Coherencia, equilibrio entre aquello que se comunica y lo que realmente se implanta en las organizaciones.
- Autenticidad, se relaciona con la motivación, refleja el compromiso de todas las personas que forman parte de una organización con su propósito y se evidencia en el comportamiento y relaciones de una compañía.
- Integridad, se asocia muy directamente con las otras dos características. Consiste en seguir creyendo en el propósito aun cuando no es obligatorio demostrarlo. Mantenerse coherente y autentico en cada uno de los pasos que da una organización.
Es hora de que el dueño de empresa se tome la cuestión del Propósito como algo muy serio. Debe trabajar y comprender el propósito de su empresa y deberá hacerlo entendiendo muy bien el entorno actual en el que compite, alineándose tanto a las expectativas y exigencias internas (colaboradores) como a las externas (clientes y terceros interesados).
Las empresas con un Propósito auténtico y que se comportan con coherencia e integridad, desarrollan una buena Cultura Organizacional lo que aumenta la adhesión y cohesión y con ello las chances de alcanzar su Objetivo Empresarial.
Definir el Propósito de tu empresa es estratégico, es crear una Ventaja Competitiva.
[1] Planellas, Marcel, Las decisiones estratégicas. 1ª ed. Buenos Aires, Conecta, 2015. p. 25
[2] Rey, C., Bastons, M., Sotok, Ph. (eds.) Purpose-driven Organizations: de la teoría a la práctica, Barcelona, Palgrave Macmillan, 2019
